miércoles, 26 de diciembre de 2007

¿Somos realmente una especie sociable?

Cuando fuimos a la escuela nos enseñaron a diferenciar nuestra especie de las demás. A enaltecer nuestra auto denominación de “especie inteligente”.

Pasó el tiempo y muchos nos hemos alejado de los contenidos biológicos o sociológicos, deambulamos de trabajo en trabajo, algunos con familia formada, otros construyendo su Vida en torno a su trabajo y así nos hemos ido incorporando al ritmo frenético e impersonal del diario vivir.

Esta impersonalidad es la que me hace dudar de nuestro “supuesto” llamado genético a vivir en sociedad. Existiría un objetivo, un rumbo por el cual avanzar hacia un algo, una situación o una mejor experiencia de vida gracias a vivir en sociedad.

Quizás cuando nuestra especie estaba en las primeras etapas de evolución se percibía mejor esta necesidad de sociedad, de cazar en grupo, porque uno solo no podía dar muerte a un mamut y así tener carne para la familia. Hoy vamos al supermercado o a una carnicería y escogemos que parte del mamut queremos, sin necesidad de cazarlo con nuestras manos.

Antiguamente era necesario turnarse para cuidar los sembrados pero hoy si sembramos podemos cuidarlo con un arma de algún insensato humano que piense que mi siembra es para consumo y no para venta. Ahora, si deseo alguna verdura o una fruta, voy y la compro en la feria o en el negocio cerca de mi casa.

Si bien, desde siempre hemos tenido diferencias físicas, antiguamente esa diferencia era estrictamente corporal, más o menos pelos, cara más o menos alargada. Hoy la diferencia va en la envoltura y se compite por cubrir nuestro cuerpo con trozos de géneros que lleven claramente el logo de la marca exclusiva o de moda.

En fin, lo sociable se nos ha escapado de las manos y del pensamiento. Quizás nuestra raza siguió evolucionando hasta ser sociable, pero hoy algunos ya han iniciado su involución y han creado a su alrededor los conceptos de propiedad, de competencia, de velar por mis propios intereses, de hacer ver como desadaptados a quienes aún mantienen en sus genes ese gusto por ser sociable, por ver a los demás como compañeros y no como competidores.

La sociabilización de nuestras limitaciones nos permitirá superarlas. Cada uno por si solo no tiene la total capacidad de aprender, crecer y desarrollarse. Un ser humano aislado, no puede vivir, solo puede sobrevivir.

No es eso lo que queremos. Verdad?

Richard Pincheira Aedo (Diciembre de 2007)

Chillán-Chile

Coordinador ChillanActivo

richard.pincheira@gmail.com

No hay comentarios: